Lenguas
La capacidad
de hablar es una de las facultades que nos diferencian de los demás animales. Hay mamíferos y aves que se
comunican mediante un "idioma" hecho con unos cuantos sonidos, pero el lenguaje humano es
mucho más rico y está altamente desarrollado. Una lengua es una
forma de organizar los sonidos para expresar ideas. El lenguaje humano se
fue desarrollando a lo largo de los siglos, y de ahí que se hablen tantos
idiomas en la actualidad. Los idiomas pueden agruparse en familias de origen
común.
En el mundo hay unos cinco mil idiomas, subdivididos en muchos dialectos o
formas locales de los idiomas.
Lengua
Española o Lengua Castellana
Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló
esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica
en torno a la
denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es
admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español,
pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y
vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus
comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües quienes
proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano
entendido como ‘lengua de Castilla’.
En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no
plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos
castellano y español.
Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer el carácter oficial de
una lengua que tan abierta ha sido para acoger en su seno influencias y
tolerancias que han contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho
tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua como los argentinos,
venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como argentina, venezolana,
mexicana o panameña.
2. Orígenes
La base del
idioma Español es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo
III a. C., que se impuso a las lenguas ibéricas y
al vasco.
Los
abundantes documentos que nos
quedan del latín provienen de los textos literarios. Pero si queremos conocer
los verdaderos orígenes de nuestra lengua, tenemos imaginar como hablaban los
hombres y mujeres del Imperio. Efectivamente, las lenguas romances no derivan
del latín escrito en la literatura, sino del
latín hablado en las calles y en las plazas. Y las diferencias entre una y otra
variedad lingüística son importantes. En el aspecto fónico, el latín literario
diferenciaba diez vocales (cinco largas y cinco breves) y esa longitud de la
vocal podía modificar el significado de una palabra. El latín oral reemplazó
esa distinción por el acento de intensidad, que persiste como rasgo distintivo
de nuestra lengua. En el plano morfológico, los sustantivos y los adjetivos se
declinaban lo que significa que adoptaban una terminación diferente según cual
fuera la función que
desempeñaban en la oración.
Esta característica del latín literario era reemplazada en el latín oral por un
aumento en la cantidad de preposiciones, tal como sucede en el castellano
actual. En lo referente al aspecto sintáctico, el latín literario empleaba con
frecuencia el hipérbaton en tanto que el latín oral ordenaba la oración con una
regularidad casi constante y similar a la de nuestra lengua. Una relación lógica por parte,
si se tiene en cuenta que una lengua evoluciona y se modifica con mayor
dinamismo en su variante oral que en la escrita.
Otros
elementos conformadores del léxico español
Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en
las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el
siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el
latín, voces helénicas
han entrado en el español en diferentes momentos históricos.
3. Los primeros invasores de la península
Antes de la
llegada de los romanos, la península ibérica estaba poblada por diversas
comunidades.
A ambos lados de los Pirineos, se agrupaban diversos pueblos que poseían una
lengua común, la vascuence. En el sur los nativos establecían relaciones
comerciales con los fenicios.
Si bien cada una de estas comunidades poseían su propia lengua, es posible
suponer que se influían entre si.
La invasión
Germánica
En el año 409 se produjo en España la invasión de pueblos provenientes del
norte(los visigodos), entraron en la península por los Pirineos. No eran muy
numerosos. Se instalaron principalmente en la meseta castellana. En un
principio no se unían con los pobladores hispano - romanos, pero con el tiempo se fueron
romanizando tanto los hispano-romanos como los visigodos, mantuvieron su
lengua, aunque recibieron influencias que, en el caso del castellano, se
advierten principalmente en el léxico.
La influencia
Vasca
Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco,
idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al
respecto. Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas particularidades
gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano
por dos motivos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia
vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los
castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que,
lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos
preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. Del substrato vasco
proceden dos fenómenos fonéticos que serán característicos del castellano.
La invasión
de los árabes
En el año 711 se produjo la invasión árabe en España. Los musulmanes llevaron
adelante la conquista con una fuerza inusitada.
Así consiguieron abarcar toda la península, desde el sur hacia el norte.
La invasión árabe tenía un objetivo religioso.
Por este motivo la lucha entre el mundo hispano-románico y el árabe se
transformó en una lucha entre dos civilizaciones: la cristiana y la musulmana.
La prolongada permanencia de los árabes en España y el contacto estrecho entre
ambos pueblos generaron una cultura nueva que
abarcó no solo lo lingüístico, sino también la literatura, la arquitectura, el arte y las
costumbres.
En lo referente a la lengua los mozárabes hablaban un romance arcaico con gran
cantidad de arabismos. Algunos seguían profesando el cristianismo, pero
solían escribir con caracteres árabes. En cuanto a literatura produjeron una
composición poética de metro y lenguaje híbridos, el zéjel.
La convivencia entre ambas culturas permitía reconocer dos Españas: la España
musulmana, floreciente y lujosa, y la España cristiana, empobrecida y asolada
por las guerras. Sin
embargo la España cristiana valorizaba la cultura.
En la
formación del español cabe distinguir tres grandes periodos: el medieval,
también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al
XV; el español moderno, que evolucionó desde el siglo XVI a finales del
XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta
nuestros días.
El
castellano medieval
El nombre de la lengua procede de la tierra de
castillos que la configuró, Castilla, y antes del siglo X no puede
hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes dominios lingüísticos en
la Península.
El Castellano fue tan innovador en la evolución del latín
como lo fueron los habitantes de Castilla en lo político.
En el sur, bajo dominio árabe,
hablaban mozárabe las comunidades hispanas que vivían en este territorio y
conservaron su lengua heredada de épocas anteriores. La mantuvieron sin grandes
alteraciones, bien por afirmación cultural que marcara la diferencia con las
comunidades judía y árabe, bien por falta de contacto con las evoluciones que
se estaban desarrollando en los territorios cristianos. En esta lengua se
escriben algunos de los primeros poemas líricos
romances: las jarchas, composiciones escritas en alfabeto árabe o hebreo, pero
que transcritas corresponden a una lengua arábigo-andaluza.
El primer paso para convertir el castellano en la lengua oficial del reino de
Castilla y León lo dio en el siglo XIII Alfonso X, que mandó componer
en romance, y no en latín, las grandes obras históricas, astronómicas y
legales. El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han
desaparecido.
Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del
latín y eran las preposiciones las que señalaban la función de las palabras en
la oración. Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo.
El español del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y
de la Biblia que mandó traducir Alfonso X.
El
castellano moderno
Desde el punto de vista del léxico adquirió una gran cantidad de neologismos,
pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el
contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante
frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla
y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la
política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada
por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija.
En Francia, Italia e Inglaterra se editaban
gramáticas y diccionarios para
aprender español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del
siglo XVIII. En esta etapa de la lengua se llegó al esplendor literario
que representan los autores del siglo de oro. El léxico
incorpora palabras originarias de tantas lenguas como contactos políticos tenía
el imperio. Del italiano entran en el español desde el siglo XV al XVII
los nombres de la métrica y preceptiva literaria.
El español
contemporáneo
En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de
fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los
hablantes a lo largo de los siglos. En esta época se había terminado el cambio
fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era
el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.
Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y,
gracias a la variación morfológica, los elementos de la oración se pueden
ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios.
5. Los Dialectos
Hasta la
irrupción de la radio y la televisión en la sociedad —en la
segunda mitad de este siglo—, era relativamente fácil diagnosticar por los
hábitos fonéticos y la entonación la pertenencia de un determinado hablante a
su correspondiente área dialectal. Hoy, aunque también se siguen dando estas
diferencias, la imitación de la norma que esos medios han ido
creando entre los hablantes, hace que la pertenencia a diferentes comunidades
lingüísticas no sea tan clara ni tan rotunda.
Del mapa lingüístico medieval ibérico surgieron variedades lingüísticas que
algunas se convirtieron en lenguas y otras, con el paso del tiempo, se
transformaron en dialectos de alguna de ellas. Entre las variedades
relacionadas con el español se encuentran: el leonés, que se habló desde
Asturias hasta las tierras de Cáceres y que, ya a finales del siglo XV, había
dejado su lugar de idioma en pugna con el castellano para ocupar el puesto de
mera variedad dialectal; el aragonés, con una situación análoga al leonés, que
se habló en el reino de Aragón y cuyas fronteras naturales son los Pirineos por
el norte, la cordillera Ibérica por el oeste y los límites de Cataluña
y Valencia por el este. A partir del siglo XIV, como consecuencia de la
conquista de Andalucía por los castellanos, surgió el andaluz, que integró
algunos rasgos del mozárabe, como un auténtico dialecto del castellano. El
extremeño, que empezó siendo una variedad fronteriza del leonés y el castellano
se ha consolidado como uno de los pocos dialectos hoy todavía identificables
por sus aspiraciones implosivas y su peculiar léxico. El riojano, que se habló
en La Rioja, y que tan decisivamente influyó en el castellano escrito de los
primeros tiempos, era una variedad dialectal del aragonés. Otro dialecto de
fronterizo aún vigente lo representa el murciano, en el que confluyeron el
castellano, el aragonés y el valenciano, variedad catalana. En las islas
Canarias existe el canario, cuya entonación, léxico y fonética influyeron en el
español americano del istmo y norte de Sudamérica.
En el siglo XVI el castellano sirvió de base para la creación de un sabir
o lengua de intercambio en el Mediterráneo. Un siglo después se configura otro
sabir en el Caribe, que luego se criolliza para dar paso al papiamento de
Curaçao. Los jesuitas que
entraron en contacto con los indios guaraníes crearon
otra lengua de intercambio conocida como lengua general.
En cuanto al continente americano, no han faltado autores que calificaban de
dialectos a cada una de las variedades lingüísticas que se han consolidado en
los respectivos países.
La dialectología del español en América debe hacerse por cada país antes de que
la homogeneidad que imponen la radio, el cine y la televisión borren las
fronteras dialectales que aún existen.
6. La Gramática Española
Desde el
punto de vista de la clasificación de las lenguas, el español es una lengua
flexiva, aunque en menor medida de lo que fue el latín.
Morfología y
sintaxis
El nombre ya había perdido las desinencias de caso en el latín tardío del siglo
VI. En su lugar el español, como las demás lenguas románicas mediterráneas,
sustituyó por un procedimiento sintáctico
lo que fue en principio morfológico.
Una ordenación diferente y peculiar del sujeto está presente en las oraciones
interrogativas del español que se habla en toda la zona de influencia del
Caribe. Mientras que en las demás variedades del idioma el sujeto de una
oración interrogativa va pospuesto al verbo de acuerdo con el esquema:
pronombre interrogativo-verbo-sujeto, como ¿qué quieres tú?, en esa variedad el
orden de la oración es: pronombre interrogativo-sujeto-verbo, como por ejemplo
¿qué tú quieres? No se trata, como algunos estudios señalaron, de ningún
anglicismo sintáctico, sino de una evolución interna del idioma relacionada con
otros hechos, como el cambio en la determinación y la pérdida de algunas
desinencias verbales, consecuencia de la relajación de los fonemas finales y su
consiguiente neutralización.
Los verbos redujeron a tres las cuatro conjugaciones del latín. Posee
desinencias para las personas, el número, el tiempo, el modo y la voz. En el
caso de la segunda persona, el español
canario, andaluz occidental y americano, salvo algunas zonas colombianas, ha
conservado las formas del siglo XVII y ha desarrollado una conjugación
para el singular basada en la concordancia originaria con vos, segunda persona
del plural; las formas correspondientes a tú se consideraron vulgares y hasta
humillantes, y por esa razón la persona de confianza reconocida como digna de respeto fue tratada
de vos; a su vez, las personas de menor confianza reciben el mismo tratamiento
que en la península; son usted y concuerdan con la tercera persona. El cambio
afecta por igual a la conjugación verbal y al paradigma de los
pronombres personales y se denomina voseo al cambio en el empleo de tú por
vos, tanto en el verbo como en los pronombres, así como en los posesivos que
también necesitan la concordancia de persona. Hoy se observa una tendencia a
aceptar el paradigma peninsular entre las clases urbanas y cultas, sobre todo
las argentinas.
La voz
verbal
En el caso de la voz, las cosas no son tan claras como aparecen en algunos manuales. La voz
activa emplea haber como verbo auxiliar para formar los tiempos compuestos.
En la voz pasiva todos los tiempos se forman con el auxiliar ser, también
gramaticalizado, y no existen más desinencias de pasiva que las que comporta el
auxiliar.
El verbo carece de desinencia de aspecto, pero existe una serie de perífrasis
con claro valor aspectual
de acción en desarrollo.
Otro hecho relacionado con el cambiante paradigma de la voz es la conjugación
pronominal, que empezó siendo una conjugación reflexiva y que hoy ha adquirido
valor de voz media, como nos tomamos unos cafés. En esos casos el pronombre
átono recibe el nombre de anáfora. Este fenómeno no aparece tan extendido en el
español americano.
7. Otros rasgos del español
El español
también se caracteriza por su constante empleo del pronombre se, y el uso vivo
del subjuntivo. Entre las características heredadas del latín debe destacarse
la sintaxis y los procedimientos sintácticos
para matizar, calificar o convertir en nombres, y, por tanto, sujetos, a
oraciones completas.
El español
en el mundo
El español es, por número de hablantes, la tercera lengua del mundo. Pese a ser
una lengua hablada en zonas tan distantes, existe una cierta uniformidad en el
nivel culto del idioma que permite a las gentes de uno u otro lado del
Atlántico entenderse con relativa facilidad. Las mayores diferencias son de
carácter suprasegmental, es decir, la variada entonación, fruto al parecer de
los diversos substratos lingüísticos que existen en los países de habla
hispánica. La ortografía y la norma
lingüística aseguran la uniformidad de la lengua; de ahí la colaboración entre
las diversas Academias de la Lengua para preservar la unidad, hecho al que
coadyuva la difusión de los productos literarios,
científicos, pedagógicos, cinematográficos, televisivos, ofimáticos,
comunicadores e informáticos.
Desde España se ha elaborado el primer método unitario de
enseñanza del idioma
que difunde por el mundo el Instituto Cervantes. El trabajo coordinado
de las Academias ha cristalizado en la "Elaboración de la norma culta de
las grandes ciudades", que presta especial atención a la
fonología y el léxico. Es el segundo idioma hablado en Estados Unidos, que cuenta
con varias cadenas de radio y televisión con emisiones totalmente en español;
asimismo, y por razones estrictamente económicas, es la lengua que más se
estudia como idioma extranjero en los países no hispánicos de América y Europa.
Lejanos ya los tiempos en que fue considerada la lengua diplomática, cuando fue
sustituida por el francés, hoy es lengua oficial de la ONU y sus
organismos, de la Unión Europea y otros organismos internacionales. Ha sido
incluido como idioma dentro de las grandes autopistas internacionales de la información como Internet, lo que
asegura la constante traducción de las
innovaciones informáticas, su difusión e intercomunicación. Donde aparece más
incierto el futuro del idioma es en el continente africano, abandonado por
razones políticas a la
voluntad de sus hablantes; no hay que olvidar que todavía sirve de lengua
diplomática junto al francés para el pueblo saharaui. No obstante, todo parece
augurar que en el próximo siglo será una de las lenguas de mayor difusión, y
quién sabe si en momentos de deseable mestizaje no dé lugar a una lengua
intermedia que asegure la comunicación con el
continente americano en su conjunto.
El
Castellano en América
La colonización comenzó a fines del siglo XV, cuando ya el castellano había
adquirido sus caracteres esenciales. Pero los hablantes que llegaron a América
provenían de diferentes regiones españolas y pertenecían a diversas condiciones
sociales y culturales. Esta variedad es una de las primeras razones por las
cuales se reconocen diferencias entre las variantes habladas en América y las
que se registran en España.
Cuando los conquistadores y los misioneros llegaron a nuestro continente,
encontraron una amplia variedad de comunidades, cada una de las cuales poseía
su propia lengua.
El castellano se impuso sobre las lenguas nativas. Los indígenas aprendieron la
lengua de los conquistadores y de los misioneros. En la mayoría de los casos
hablaron el castellano con modificaciones atribuibles a sus propios hábitos lingüísticos.
En otros casos conservaron su lengua con la incorporación de algunos
hispanismos.
Si bien el castellano predominó sobre las lenguas nativas americanas, éstas
dejaron su influencia.
8.
El castellano actual
El
castellano es la lengua romance de mayor difusión en el mundo actual. Se habla
en casi toda la península ibérica, en el sudoeste de U.S.A., en todo México, en toda
América Central y América del Sur (a excepción de Brasil y Guayanas) y es la
lengua de un grupo minoritario de hablantes de Filipinas.
Esta vasta difusión geográfica trae como consecuencia una gama importante de
variantes dialectales. Esto hace suponer que al cabo de los siglos e
inevitablemente, el castellano debería seguir el destino del latín:
fraccionarse en distintas lenguas nacionales. Aparentemente, la velocidad de los
medios de comunicación y la amplia difusión de la lengua escrita en la
literatura y en los medios masivos, hacen que la gran mayoría de los
hispanohablantes maneje una variedad de lengua común, en la que todos se
entienden a pesar de las diferencias regionales. La escuela funciona
como un organismo unificador que tiende a que los hablantes se comuniquen con
un número cada vez mayor de hablantes de otras regiones. Entonces si bien somos
conscientes que la lengua evoluciona inevitablemente, también debemos creer en
la necesidad de mantener una unidad lingüística que permita la comunicación eficaz y
fluida entre la mayoría de los hispanohablantes.
9. Bibliografía
G. E. Perez
Apilor,
H. Muñoz Lengua y Literatura 3, Bs. As, Santillana, 1990.
G. H. Perez de Lois
El Gran Saber Larousse, Enciclopedia Metódica Larousse, Tomo 10, Lord Cochrane
S.A., Santiago de Chile, 1992.